A propósito de la crispación política que estamos viendo en el hemiciclo en los últimos tiempos.
Tiempos en los que faltan medidas y acuerdos presupuestarios.
Tiempos de prioridad manifiesta a tumbar cualquier propuesta o medida que no venga del propio grupo parlamentario.
Tiempos en los que hacer política se ha convertido en el arte de difamar e insultar al otro, con la habilidad y único límite dialéctico y finalidad, de no pisar la delgada línea que delimita el desprecio de la demanda o querella judicial.
Tiempos estériles de medidas concretas.
Tiempos de más de lo mismo y de cuánto peor mejor.
Tiempos en los que mandan las encuestas, la disciplina del voto y los sondeos por encima del idealismo, los principios y la convicción.
Fácil sería la solución: una simple ley que impidiera salir a cualquier político del Congreso hasta que no se pusieran TODOS de acuerdo y consensuaran por unanimidad TODOS y cada uno de los puntos tratados y hasta que no alcanzaran esa unanimidad en las propuestas, que les quede prohibido salir y si salen o desisten por manifiesta incapacidad, que pierdan con ello el cargo.
Lo deberían de llevar en el sueldo, que no es poco. Eso sería gobernar, así se avanzaría y ese debería de ser ahora el debate.
Alfonso de Campos
RPMRADIO