El Pleno de las Cortes de Aragón ha dado luz verde este jueves al impuesto sobre parques eólicos y fotovoltaicos, así como a la reforma del impuesto sobre instalaciones de alta tensión. La medida, respaldada por PP y Vox, tiene como objetivo gravar la afección medioambiental y visual adversa en el entorno natural, incluyendo el paisaje, la flora y la fauna.
En el caso de las energías eólicas, se considerará la potencia instalada y la altura de los molinos como factores determinantes del impacto. Por su parte, en los parques fotovoltaicos se tomará en cuenta la extensión de terreno ocupado, excluyendo aquellos proyectos relacionados con el autoconsumo instalados en cubiertas y tejados. Respecto a las líneas eléctricas de alta tensión, el impuesto se calculará en función de los kilómetros de tendido.
El Partido Popular ha destacado el equilibrio alcanzado entre la creación del impuesto y la no disuasión de las empresas. Afirmaron que el gravamen está por debajo de la media en otras comunidades y que su recaudación beneficiará a las zonas afectadas sin afectar la instalación de energías renovables. En contraste, Vox expresó su apoyo con reservas, especialmente respecto al descuento aplicado a las plantas fotovoltaicas.
El PSOE se abstuvo en la votación, expresando su desacuerdo con la rapidez en la aprobación de la ley. Por otro lado, la oposición criticó la falta de negociación por parte del gobierno en la tramitación de la ley y cuestionó la distribución equitativa de los ingresos.