Con su distintivo sombrero y una lata de Coca-Cola en mano, Pablo Berger Uranga ha llegado a la Filmoteca de Zaragoza para compartir sus experiencias en una charla magistral sobre su carrera cinematográfica, con especial énfasis en su película «Robot Dreams», que, a pesar de haber sido nominada recientemente al Óscar, tuvo su estreno «oficial» el pasado mes de abril. Acompañado por la periodista María Guerra, esta visita del director y guionista forma parte del campus de Verano de Cine y Series «La Inmortal», que se celebra del 10 al 16 de junio en Zaragoza.
Durante el coloquio, María Guerra sorprendió al revelar que Berger es familiar del grupo Mocedades, compartiendo el mismo segundo apellido, Uranga. Este dato, desconocido para muchos, generó risas y complicidad entre ambos. Berger confesó que, en su infancia, su sueño era dedicarse a la música y llegar a Eurovisión, pero terminó en Cannes, lo que, según él, resultó ser mucho más divertido.
Nacido en Bilbao en 1963, Berger destacó la influencia de sus raíces vascas en su vida y en la de otros directores de su generación, como Álex de la Iglesia, con quien compartió su pasión por el cine en el cine club de la Universidad de Deusto. El director expresó su apego por los cines de Bilbao, afirmando que siempre ha sido un lugar central en su vida.
Ingeniero informático de profesión, Berger descubrió su amor por el cine a los 7 años, influenciado por las películas mudas de la edad dorada de Hollywood. Esta influencia se refleja en sus obras, como «Blancanieves» y «Robot Dreams», ambas aclamadas por su enfoque en el silencio como herramienta narrativa.
Berger comentó que muchas personas le han dicho que han experimentado una «catarsis sensorial» al ver sus películas. Aunque algunas de sus obras, como «Torremolinos 73», tienen un diálogo notable, el director disfruta explorando tanto el cine hablado como el mudo.
Después del éxito de «Robot Dreams» y su experiencia en los Premios Óscar, Berger reveló que necesita un período de descanso para organizar su oficina y considerar cuidadosamente su próximo proyecto. Destacó la importancia de la paciencia para los directores de cine, ya que cada película requiere una inversión considerable de tiempo y energía.
En resumen, la charla de Pablo Berger en Zaragoza ofreció una visión fascinante de su carrera, sus influencias y su proceso creativo, dejando claro que su pasión por el cine y su habilidad para contar historias seguirán hipnotizando a los espectadores en el futuro.