Buena nueva para los campos de La Almunia y Ricla tras las tormentas

Después del fin de semana pasado, donde se registraron precipitaciones superiores a los 100 litros por metro cuadrado en la región, los agricultores respiran aliviados al ver que la mayoría de sus frutales han sorteado sin problemas los embates del clima. Contrario a lo que se temía, la abundante agua ha resultado ser beneficiosa para la producción, sin causar daños relevantes en los campos que pronto serán cosechados.

Andrés Huerta, un agricultor con más de medio siglo de experiencia, describe la situación como una bendición inesperada. A pesar de las intensas lluvias, las 12 hectáreas y media de cereza y albaricoque en La Almunia se mantienen intactas, con la fruta en óptimas condiciones para la recolección.

Incluso los cerezos, que suelen ser más susceptibles a las inclemencias del tiempo, han salido ilesos de las tormentas en Ricla. La familia de Pyrene Alares, con 13 hectáreas de cultivos, ya ha recolectado 80.000 kilos de cereza sin encontrar problemas mayores. Según la agricultora, si estas tormentas hubieran llegado hace un mes, cuando las variedades eran más delicadas, la situación podría haber sido diferente.

Estos resultados son un testimonio del espíritu resiliente de los agricultores y de la imprevisibilidad del clima. A pesar de las preocupaciones iniciales, la naturaleza ha sido benévola esta vez, permitiendo que los campos de La Almunia y Ricla sigan adelante con su producción frutal.

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