Este miércoles en Zaragoza, las vidas de diez jóvenes cambiaron drásticamente. La operación que llevó a cabo la Policía Nacional en el número 90 de la avenida Cataluña, hasta ahora secreta, marcó el fin de la banda juvenil Black Panther (BP) en la capital aragonesa. Según Fernando Beltrán, delegado del Gobierno en Aragón, este golpe no excluye la posibilidad de más detenciones, aunque confirmó que no hay menores implicados.
Desde ayer, los arrestados han sido trasladados a las comisarías de Delicias y Actur, donde la Policía ha comenzado a interrogarlos meticulosamente. Beltrán subrayó que muchos de los detenidos, aunque operaban bajo la influencia de los BP, son en su mayoría de origen español, desmintiendo la creencia de que estas bandas estén exclusivamente formadas por jóvenes de origen extranjero.
«Estamos hablando de un fenómeno de bandas juveniles violentas, no de ‘bandas latinas'», explicó Beltrán. «Son grupos de jóvenes españoles que buscan un sentido de pertenencia en estructuras como los BP, adoptando nombres y formas similares a las bandas latinas». Este operativo, destacó, fue posible gracias al incansable trabajo de la brigada de información de la Policía Nacional, quienes están siempre alerta para perseguir y desmantelar estos grupos.
La operación continúa abierta, enfatizó Beltrán, subrayando la determinación de las autoridades en erradicar estas organizaciones que representan una amenaza para la seguridad pública.