El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha anunciado una medida contundente para el futuro de la ciudad: en 2029, ninguna vivienda residencial podrá ser utilizada con fines turísticos. Esto se logrará mediante la no concesión de nuevas licencias y la no renovación de las existentes, lo que afectará a los 10,101 pisos turísticos actuales en la ciudad.
Además, Collboni ha propuesto una modificación en la política de reserva para pisos sociales, aumentando el porcentaje al 30 % en nuevas promociones y grandes reformas de edificios de viviendas, una medida que se implementa desde 2018.
Estas iniciativas forman parte del nuevo Pla Viure, un plan diseñado para aumentar la oferta de viviendas y controlar el alza de precios en alquiler y compra, buscando así mejorar la accesibilidad y la calidad de vida de los barceloneses.