La Música se Eleva como Refugio en Ucrania en Medio de la Guerra

En una conmovedora celebración del Día Internacional de la Música, los sonidos de instrumentos y voces llenan las calles desde Leópolis hasta Járkov. En medio de los ataques rusos, los ucranianos encuentran en la música una forma de preservar la normalidad y recaudar fondos para el Ejército y los músicos que luchan en el frente.

“Siento que viene de vosotros tanta energía que si un misil ruso cayera aquí en este momento, simplemente rebotaría sin causar daños”, expresó un veterano ucraniano al público reunido en una de las medievales calles de Leópolis para escuchar a su grupo favorito, Pyrig i Batig.

Desde numerosos escenarios pequeños, artistas conocidos y principiantes ofrecieron su música, proporcionando un alivio necesario a miles de vecinos y desplazados. “La música puede servir como refugio en medio del dolor de la guerra”, comentó a EFE la arquitecta Tetiana Evseeva. Mientras sus nietos correteaban al ritmo de una melodía popular, recordó cómo la música clásica la ayudó a recuperar estabilidad tras huir de Kajovka, en la región de Jersón.

En medio del conflicto, el festival también destacó por las ausencias. Marichka Chickova, una de las coorganizadoras, señaló: “Muchos de nuestros amigos han muerto en combate. Ha sido más triste de lo que solía ser”.

Ernest Voltr, músico checo del grupo 92ª Brigada Anti-Punk, expresó su apoyo a Ucrania: “Con mis raíces familiares en Ucrania, no podía mirar para otro lado ante la injusta invasión rusa”. La banda ha estado recaudando fondos para adquirir drones y armas anti-tanque para la 92ª Brigada ucraniana.

En Járkov, a pesar de la constante amenaza de misiles rusos, el festival se llevó a cabo en 14 puntos de la ciudad, significativamente menos que los 60 de años anteriores. “Es importante que la tradición continúe”, enfatizó Alina Janbabaieva, co-fundadora de la edición de Járkov. Subrayó que, a pesar del dolor y las pérdidas, la celebración es “todavía más valiosa e importante”.

Muchos conciertos se realizaron en sótanos usados como refugios debido a la amenaza constante de bombardeos. «En estas circunstancias, la sensación es de magia de todas formas», destacó Janbabaieva. Añadió que el festival trata sobre unidad, cooperación y amor a pesar de la guerra.

“Estos eventos demuestran que Rusia no es capaz de quitarnos la libertad y la voz ni de hacernos renunciar a la alegría de vivir y de hacer música juntos. Ni en Járkov ni en Leópolis”, concluyó Janbabaieva.

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