Desgaste por la COVID-19: La Vacunación en los Mayores se Resiente Pese a su Necesidad

A pesar del éxito inicial, la más reciente campaña de vacunación contra la COVID-19 ha mostrado un preocupante descenso en las tasas de inoculación entre las personas mayores. Este declive se atribuye al «hartazgo» general hacia una enfermedad que, aunque menos impactante ahora, sigue siendo subestimada. En las personas de 60 a 69 años, solo un 32,2% se ha vacunado, y en los mayores de 80 años, la cifra alcanza el 64,3%.

Las autoridades sanitarias habían fijado un objetivo ambicioso: alcanzar el 75% de la población elegible para las nuevas vacunas actualizadas. Estas vacunas estaban dirigidas a mayores de 60 años, personas con patologías de riesgo, embarazadas, entre otros, y se empezaron a administrar simultáneamente con la vacuna contra la gripe en septiembre. Sin embargo, los resultados han estado lejos de lo esperado. Según datos del Ministerio de Sanidad, apenas el 65,2% de los mayores de 80 años se ha vacunado, mientras que solo el 53% de aquellos entre 70 y 79 años ha recibido la vacuna. La franja de 60-69 años presenta el peor dato, con solo un tercio vacunado.

Desgaste, No Desconfianza

María Jesús Lamas, directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), explicó que, aunque preocupa la baja cobertura, no se debe a una pérdida de confianza en las vacunas en general, sino más bien a un cansancio específico hacia la COVID-19. Lamas predice que la vacunación contra la COVID-19 podría terminar con tasas similares a las de la gripe, que rondan el 60-65%, lo cual es insatisfactorio dado el riesgo.

A pesar de la disminución en la vacunación contra la COVID-19, otras vacunas, especialmente las incluidas en el calendario infantil, mantienen una alta aceptación. Incluso nuevos fármacos, como el anticuerpo monoclonal contra el Virus Sincitial Respiratorio (VRS), han mostrado una alta tasa de vacunación en su primera temporada.

Menor Impacto, Mayor Descuido

Ángela Domínguez, coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Vacunación de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), confirmó a EFE que el impacto reducido en hospitalizaciones y muertes ha llevado a una menor percepción de riesgo, lo que ha influido negativamente en la disposición a vacunarse. Aunque la situación global es mejor, el riesgo para las personas vulnerables sigue siendo significativo.

«Si las personas vulnerables por edad o con comorbilidades contraen la infección, puede ser grave y tener consecuencias muy negativas, desde requerir ingresar en una UCI hasta la muerte», subrayó Domínguez.

Repunte Estival de Infecciones

Desde hace poco más de un mes, las infecciones han vuelto a aumentar, un patrón observado cada verano desde el inicio de la pandemia. Según el último boletín del Centro Nacional de Epidemiología, del 10 al 16 de junio, la incidencia ha subido a 128,6 casos por 100.000 habitantes, aunque la tasa de hospitalización ha comenzado a descender. Sin embargo, en los mayores de 80 años, la tasa de incidencia se dispara a 91 casos por 100.000, y en los mayores de 65 años, alcanza casi el 31%.

Mensaje de Precaución y Esperanza

Ángela Domínguez insistió en la importancia de mantener medidas preventivas: lavado de manos frecuente, uso de mascarillas cuando se presenten síntomas y ventilación adecuada en presencia de personas vulnerables. «Nos gustaría que esto se hubiera acabado, pero no lo ha hecho: el virus continúa y continuará», afirmó Domínguez.

Finalmente, Domínguez hizo un llamado a aquellos que aún no se han vacunado a que lo hagan. «Si una persona que tiene una indicación por edad o por tener enfermedades no se ha vacunado, que se vacune. Aún está a tiempo», concluyó.

Este escenario subraya la necesidad continua de vacunación y precauciones, especialmente entre los grupos más vulnerables, para evitar graves consecuencias de una enfermedad que, aunque menos devastadora, sigue siendo una amenaza latente.

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