El ex presidente estadounidense, Donald Trump, ha vuelto a centrar la atención en Ucrania al revelar un plan que sugiere un cambio radical en la estrategia actual. Según sus ex asesores del Consejo de Seguridad Nacional, Trump está preparado para forzar a Ucrania y a Rusia a la mesa de negociaciones mediante una táctica de presión y transacción.
El plan es claro: Trump condicionaría la ayuda militar estadounidense a Ucrania a su participación en conversaciones directas con Rusia. De acuerdo con la propuesta, si Ucrania no accede a negociar, perdería el apoyo militar crucial de Estados Unidos, lo que podría llevarla al colapso en cuestión de semanas, según los analistas.
Trump, conocido por su enfoque pragmático y transaccional en política exterior, buscaría un acuerdo que garantice la no incorporación de Ucrania a la OTAN, un punto que Rusia considera crucial. A cambio, Estados Unidos podría ofrecer a Rusia ciertas garantías o amenazas, aunque la viabilidad de este último punto es cuestionada, dado el historial actual de la política armamentística estadounidense bajo la administración de Biden.
El enfoque de Trump, según sus ex asesores, busca resolver el conflicto de manera más rápida y efectiva, privilegiando los intereses nacionales sobre consideraciones ideológicas o de principios. Esto podría significar un cambio significativo en las dinámicas geopolíticas, obligando a Europa a reevaluar su gasto militar y posiblemente aumentar la dependencia de proveedores estadounidenses.
Mientras la administración Biden parece inclinada a una estrategia de desgaste, esperando que Rusia ceda primero, Trump propone un enfoque más directo y decidido para resolver el conflicto en Ucrania. Sin embargo, queda por ver cómo reaccionarían todas las partes involucradas ante este cambio potencial de enfoque en la política exterior de Estados Unidos.