La Justicia de Bolivia ha dictado prisión preventiva por seis meses para el excomandante del Ejército, Juan José Zuñiga, junto con dos exjefes militares más, acusados de intentar llevar a cabo un golpe contra el gobierno del presidente Luis Arce.
Además de Zuñiga, también fueron enviados a prisión preventiva el excomandante de la Armada, Juan Arnez, y el exjefe de la división mecanizada de Viacha, Edison Irahola. Se les imputan los delitos de alzamiento armado y terrorismo, y deberán cumplir la medida en la cárcel de máxima seguridad de Chonchocoro, ubicada en el altiplano de La Paz.
La audiencia judicial fue virtual y se extendió por cuatro horas, mientras fuera de la sede de la Felcc en La Paz, grupos de «autoconvocados» mostraron su apoyo al presidente Arce y demandaron justicia para Zuñiga, al que calificaron de «traidor».
El incidente ocurrió cuando Zuñiga lideró una acción militar con la intención declarada de cambiar el gabinete de Gobierno y «restablecer» la democracia en Bolivia. Tras un cara a cara con el presidente Arce, se le ordenó retirarse y fue arrestado horas después en el Estado Mayor del Ejército. Además de los tres mencionados, otras 14 personas fueron detenidas en relación con el intento de golpe, y se anunció la captura de cuatro militares más en las últimas horas.
Eduardo del Castillo, ministro de Gobierno (interior), informó que las autoridades están investigando a los detenidos por su presunta implicación en la destrucción del patrimonio boliviano durante el incidente. Zuñiga, antes de su arresto, mencionó que su acción buscaba liberar a «presos políticos», haciendo referencia a la expresidenta interina Jeanine Áñez y al gobernador opositor Luis Fernando Camacho, ambos involucrados en la crisis política de 2019.
Este desarrollo ha generado un notable revuelo en Bolivia, con repercusiones significativas tanto a nivel nacional como internacional.