El Festival de Aviñón, reconocido como el epicentro cultural europeo, comenzó su edición más reciente con un espectáculo impactante en español, destacando la obra de Angélica Liddell, una figura venerada en este evento desde su debut en 2010 con ‘La casa de la fuerza’ y ‘El año de Ricardo’. Esta vez, Liddell hizo su entrada triunfal al escenario principal del majestuoso Palacio de los Papas, dejando una marca indeleble con su nueva creación teatral.
Para Liddell, quien compartió con EL PAÍS su emoción por este hito en su carrera, este escenario histórico fue más que un simple telón de fondo; fue un protagonista más de su espectáculo, ‘Dämon. El funeral de Bergman’. Con una puesta en escena que exploró temas profundos como la vejez, los fantasmas personales y la mortalidad, la obra no solo deslumbró por su intensidad, sino también por su conexión íntima con el imponente edificio que albergó a papas y antipapas durante el Cisma de Occidente.
El evento inaugural no estuvo exento de controversia y reflexión social, coincidiendo con la jornada de reflexión previa a las elecciones francesas. La presencia de manifestantes fuera del Palacio de los Papas, expresando preocupaciones sobre el ascenso de la extrema derecha, añadió un trasfondo político a la velada cultural.
Bajo la dirección de Tiago Rodrigues, el festival reafirmó su compromiso como un espacio de inclusión y progreso, valores que resonaron tanto en la obra de Liddell como en la atmósfera circundante de Aviñón este día histórico.