Madrid, una ciudad que late al ritmo de las historias que Joaquín Sabina ha tejido con sus letras inolvidables. El cantautor, íntimamente ligado a la capital que lo vio nacer como artista, ha convertido cada rincón, cada calle y plaza en personajes vivos de sus canciones. Aunque no reciba ganancias por ello, han surgido tours temáticos que recorren los lugares que Sabina ha inmortalizado con su poesía urbana.
El recorrido comienza en la pintoresca Calle Libreros, desembocando en la majestuosa Gran Vía, que Sabina compara con la Calle Corrientes de Buenos Aires. Cerca de Callao, en la Calle del Carmen, encontramos a Doña Manolita, famosa por su administración de lotería, recordada por Sabina en versos que invitan a la Cibeles a danzar un vals.
El paseo nos lleva al vibrante Mercado de San Miguel, un templo de tapas donde tradición y modernidad se fusionan. Desde allí, la histórica Plaza Mayor y la bulliciosa Calle de la Cava Baja, ideal para degustar callos a la madrileña o croquetas de jamón.
En la Plaza de Tirso de Molina, el corazón del Madrid sabiniano, se respira el aire bohemio que caracteriza la música de Sabina. Continuamos por la Calle de la Magdalena hacia la Plaza de Antón Martín, pasando por lugares como La Recoba, frecuentada por Sabina según cuentan las malas lenguas.
El barrio de Las Letras, lleno de vida y literatura, nos guía por la Calle de las Huertas y la Calle del Prado hasta la Plaza de Santa Ana. Aquí, la Cervecería Alemana y la Cervecería Santa Ana han sido testigos de innumerables tertulias y noches de inspiración.
En Madrid, cada esquina, cada calle y cada plaza cuentan una historia que Sabina ha sabido capturar magistralmente en sus canciones. Como él mismo dice: «En Madrid siempre hay un rincón esperando ser descubierto, una historia lista para ser contada a través de mis canciones».