Ya cansa el exceso de declaraciones y augurios, de falsas informaciones sin contrastar y de auténticos bulos mete miedo que nos bombardean desde la tribuna mediática favorable a los partidos del trifachito.
Cualquier noticia se retuerce para lograr un nuevo momento de tensión que mantenga la idea de que este gobierno va a romper el país, va a instaurar una dictadura bolchevique y acabaremos en otro escenario pre guerra civilista.
Tan difícil es aceptar el resultado de unas elecciones en el que se gobierna a base de pactos y se intenta mejorar una tendencia de abandono de los más desfavorecidos? Parece que un gobierno que no reparte cartas entre constructoras y bancos no le interesa a los medios de información comprados por el dinero de los defraudadores y ventajistas.
Por eso me gustaría que antes de creernos lo que nos dicen, ya sea un mensaje de un conocido en las redes sociales o una noticia en cualquier medio de comunicación, nos tomáramos un momento para reflexionar sobre el origen de la información y los posibles motivos ocultos, que suelen buscar simplemente generar miedo, desconfianza y desunión entre los españolitos de a pie entre los que me incluyo.
Si estuviéramos en una escena de una película ambientada en un juicio, a todas esas noticias se les calificaría de meramente especulativas, sin pruebas, intentando formar una idea falsa de la realidad, mientras que la parte contraria, la razonable, diría – A las pruebas me remito, señoría.