¿Cómo están ustedeeeeeeeees?

Ayer el programa de la 2 de TVE, “Los tesoros de la tele”, nos devolvió a nuestra infancia de la mano de la familia Aragón.
Entre 1973 y 1983, Gaby, Fofó y Miliki, y más tarde Fofito, Milikito y Rody, fueron la compañía de aquellas generaciones que hoy andarán muy cerca ya de jubilarse, si es que aún no lo han hecho…
Las franjas horarias de aquellas tardes de televisión en las que solo existían dos cadenas, la primera y el UHF, las cuales se re-sintonizaban dándoles un fuerte golpe al costado cuando se veían mal, hoy están ocupadas por programas de corazón, concursos, política, realitys… Algunos presentadores, víctimas del frenético ritmo impuesto por los ejecutivos, -que no por los creativos-, al ritmo del baile de San Vito avanzan sus programas entre gritos y ridículos saltos, con la patética apariencia de estar orinándose todo el tiempo, parecen no poder aguantar ni por un segundo más unas ansiosas ganas de llegar hasta un WC.
Nostalgias aparte, es una pena que en esta guerra de shares donde no se conoce la calma y todo vale, se haya olvidado la labor educativa de los contenidos y no se respete ni siquiera la modulación de volúmenes y fanfarrias que dan paso a la publicidad, la auténtica protagonista y único objetivo de todo este nuevo circo de la tele.
La familia Aragon educaba, hacía pensar y reflexionar, señalaba al tonto, al listo, al listillo, al ingenuo, al bonachón y al malo, a través de “Las Aventuras” y de sus entrañables, -que no ñoñas-, letras de canciones y melodías que “amansando a las fieras” despertaban la sensibilidad y la curiosidad de aquellos “locos bajitos”.

Aquella infancia no dudaba ni un instante en responder gritando «bieeeeeeeeen» a la popular pregunta de los payasos. Cuarenta y tantos años más tarde, los niños de hoy en día, al cómo están ustedes, probablemente responderían triste y simplemente, «aquí, solos ante un móvil…»

En fin, me llamó mucho la atención que tan didáctico, entrañable e ingenuo programa, conste hoy clasificado para mayores de 7 años, ¡de 7 años! Así que observando continuamente la leyenda de +7 sobre el logo de la 2 de TVE, compruebo definitivamente que algunos han perdido el norte, y es una pena, porque cuando lo encuentren, si es que alguna vez lo encuentran, será demasiado tarde, especialmente para ellos mismos, que cuando despierten comprobarán que perdieron estrepitosamente el tiempo.

Una curiosidad que desconocía: Emilio Aragón, que durante los primeros años aparecía solamente tocando un cencerro, no hablaba en sus primeras intervenciones debido a que en la familia Aragón tenían prohibido que nadie hablara sobre un escenario hasta que no se supiera tocar al menos un instrumento.
Probablemente el amor hacia su profesión, el esfuerzo, la disciplina, el sacrificio y en definitiva los valores inculcados, consiguieron que hoy, además de ser todo lo que es, Emilio Aragón sea ese gran músico y excelente compositor que todos conocemos.

Alfonso de Campos

RPM Radio

 

 

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