Cuarenta años volando

Por Jesús Aparicio

Cuando alguien, muy querido, te propone reencontrarte con tus padres musicales, que junto a Kraftwerk, te formaron en el mundo del tecno, los sintes y las cajas de ritmo, como dulce y glamuroso narraba “el zurdo” en su formación de La Mode, pues uno solo puede decir que… 

Nuclear, Sí, por supuesto!! 

Y ese es uno de los muchos temas que el que suscribe pudo disfrutar hoy, cuatro de Octubre del 2019 y durante casi dos horas en la Casa del Loco de la Calle Mayor de Zaragoza, viendo y sobre todo escuchando y disfrutando de Aviador Dro, de sus obreros especializados y de la abarrotada sala que, galante de aplausos y brazos arriba y a ritmo, agradeció la magnitud del concierto esperado… 

Y encima te das cuenta, en la música que antecede al mismo, que sigues estando en la gran familia del tecno pop aragonés de los 80. Lo compruebas cuando en los cinco minutos anteriores al concierto (por cierto, empezó con una hora de retraso) suena Vocoder, suena Vam Cyborg e incluso cuando más tarde, el propio Servando Carballar tiene la gentileza de dedicar una canción a tales formaciones… 

Eso ya es un aliciente, claro, coño –por ser más expresivo- que uno, a sus cincuenta y algo, sigue sin ser de piedra… Pero ese guiño no es lo que uno busca cuando se junta con Antonio Laval (ex Vocoder) y con Alfonso de Campos (ex de todo y casado con todo y con acierto en el mundo de la radio y las comunicaciones) para presenciar el Concierto Cuarenta aniversario de Aviador Dro…

Uno, lo que busca, es principalmente saber por qué este legendario grupo sigue empeñado en seguir comunicando sus letras y sus sonidos electrónicos…

Y entonces, llega el minuto uno del concierto y se disipan todas las dudas… 

Lo que oyes, claro que te enfunda en los ochenta!! De hecho, sus sintes y secuenciadores, como el MS20 y el SQ10 de Korg, el Juno de Roland, o su caja TR 808 son capaces de teletransportarte cuarenta años atrás… 

Pero lo que más agradeces es ver la energía que Aviador Dro sigue transmitiendo como si no hubieran pasado los años… 

Ya sabemos que este grupo apostó en su momento por hacer un tecno no tan comercial como se esperaba para probar a ser genuinos y de paso no tener que competir con el tecno británico que imperaba entonces y que además, por qué no decirlo, no admitía competencia alguna, dada la calidad de su repertorio de temas y grupos. 

Y es por eso por lo que nos deleitaron con sus temas más oscuros y underground y no por ello carente de expresividad, sonido único y chocante, con los que se llevaron -apostaban sobre seguro- a un servidor y a una abarrotada sala al puñetero bolsillo… 

Genial por parte de Servando cuando nos anuncia que “además también hacían temas chulos” y va y nos tocan nuestro querido Selector de frecuencias. Como diría Matías Prats, eso ya… 

Es como una paradoja genial que solo Aviador Dro ha sido capaz de crear. Resulta que, lógicamente, la gente que estábamos esta noche, hemos coreado el Selector y el Amor Industrial y la Chica de Plexiglás y el Programa en Espiral y el Nuclear Sí, por supuesto, como encabeza esta crónica y muchas otras más comercialidades… 

Pero el ver y el disfrutar de que el público, hasta el más joven, alabe, aplauda y se sepa la letra y ayude a los aviadores a cantar el Vortex, el Godzilla (apoteósico final bis y para mí una de las poquísimas expresiones tecno-punk que existen), el himno aéreo y la ciudad en movimiento (con acertada mención a Zaragoza) y demás frikimaravillas es señal que Aviador Dro es un grupo que desde hace cuarenta años ha calado y hoy sigue calando en cualquiera que se precie de ser melómano (y haya respetado y escuchado durante años a los tangerine dream, al Tomita y a algunos genios electrónicos más, obviamente…)

Larga vida al César, a Servando Carballar, a Marta, Ismael, Mario, Alejandro y a todos los que han integrado en algún momento esta formación, estén vivos o fallecidos… 

Larga vida al tecno y a la música electrónica, mal llamada con frecuencia, confundida, en ocasiones defenestrada y por supuesto olvidada (a la auténtica me refiero) en estos años que vivimos… 

Larga vida (esto ya no soy yo el que debería decirlo) al tecno pop aragonés, al que ha sido y al que, sin duda, está por venir… 

Larga vida, en definitiva, a la música y a los mágicos momentos que nos hace sentir un concierto tan electrizante como el que hemos disfrutado hoy… 

En conclusión, infinitas gracias, Aviadores. Estamos deseando seguir hasta la eternidad vuestro magnífico vuelo, ojalá que muchas más veces sobre nuestra ciudad. 

Por todo y por siempre… 

Gracias, Joder!! –por seguir siendo expresivo, o incluso más expresivo-

Jesús Aparicio 

Antonio Laval (Vocoder) Servando Carballar (Aviador DRO) y Jesús Aparicio (Vam Cyborg)

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