“Los sistemas de protección públicos de las administraciones son potentes pero es bueno que organizaciones como la Fundación Federico Ozanam complementen estas aportaciones con un trabajo más en detalle en aspectos que siempre pueden incorporar al de las propias administraciones”, ha dicho esta mañana el comisionado para la Infancia del Gobierno de Aragón, Florencio García Madrigal, tras reunirse con el equipo de Acción Social de esta organización para conocer la labor que realizan en torno a la pobreza infantil y las familias.
El responsable de Acción Social de la Fundación, José María Lamana, explicó los detalles de todas las acciones, programas y actividades llevadas a cabo el curso 2020-2021 tanto con menores como con familias donde conviven menores, siempre en situaciones de riesgo de pobreza.
“Con la pandemia, los problemas relacionados con la infancia han adquirido más notoriedad –indicó el Comisionado- y han aparecido cuestiones y problemas muy sustantivos al incrementarse las tasas de pobreza infantil. Quizá sea una situación que no se ve, que no se manifiesta muy visible para la sociedad pero, de la misma forma, es un problema que no se soluciona con la solidaridad lejana, como cuando sin más se deja un juguete por una campaña en una organización de cooperación y así se olvida el problema”
La Fundación Federico Ozanam trabajó con 1.752 menores el curso pasado, de los cuales 647 recibieron refuerzo escolar a través de programas y aulas habilitadas por la propia Fundación, tarea que fue calificada con José María Lamana como “absolutamente esencial para conseguir limar la brecha digital y avanzar en la igualdad de oportunidades educativas”. Más de 600 menores recibieron ayudas económicas directas y 137 fueron receptores de atención residencial, entre otros programas.
José María Lamana explicó también las intervenciones en hogares con menores. Destaca el dato de que el 48,5% de estas familias tenían como origen de sus ingresos las rentas del trabajo aunque escasas, es decir, que pese a contar el padre o la madre con ocupación laboral, la familia se encontraba en riesgo de pobreza, “lo que significa que contar con un desempeño de trabajo ha dejado de ser un factor de protección total y que, además, se rompe la falaz suposición de que las familias de rentas pobres no trabajan y procuran vivir de las ayudas. Los datos y las realidades no dicen eso”, afirmó Florencio García Madrigal.
En el transcurso de la reunión se puso de manifiesto la importancia de la labor que realiza la Fundación en la mediación en vivienda, una de las variables que el Comisionado consideró como “más imperativa y puesta de manifiesto con la pandemia”. En este campo, los diferentes programas de acceso a la vivienda de esta organización llegaron el curso pasado a 194 familias, gestiones que facilitaron una mejora de las condiciones de vida de 368 menores.