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Incautados 761 kg de siluros y carpas que eran transportados en una furgoneta, capturados con artes prohibidas y destinados al consumo humano

La mercancía era transportada en un vehículo no isotermo, en el interior de sacos de rafia y sin ningún tipo de medidas de higiene.
El conductor de la furgoneta ha sido detenido por un presunto delito contra la salud pública y otro relativo a la Protección de la Flora y Fauna.
Tras determinar que los peces no eran aptos para consumo humano se procedió a su destrucción 3 de abril de 2019. A las 19.30 horas del día de ayer, agentes pertenecientes a la Policía Local de Zaragoza, que se encontraban realizando un control rutinario en esta capital, identificaron una furgoneta ocupada por una persona. En el momento de la identificación del conductor, los agentes se percataron de un fuerte olor a pescado procedente del interior del vehículo, por lo que procedieron a inspeccionar la mercancía que portaba hallando en la parte trasera de la furgoneta gran cantidad de siluros y carpas. Parte de estos ejemplares se encontraban en el interior de sacos de rafia y otros fuera de éstos, apilados unos encima de otros, alguno de los cuales todavía se mantenía con vida. Una mercancía que era trasladada sin ningún tipo de medida de higiene para el transporte de mercancías perecederas. En ese momento Policía Local, quienes tienen conocimiento de las investigaciones que lleva a cabo el SEPRONA de la Guardia Civil de Zaragoza en materia de pesca ilegal, solicitaron su presencia para que se trasladasen al lugar. Una vez allí, los especialistas observaron que la mercancía había sido capturada con artes de pesca prohibidos, ya que para la captura de ese número de ejemplares es preciso o bien el uso de pesca eléctrica o redes, siendo estos métodos no permitidos. Además ninguno de los peces mostraba heridas en la boca que hubieran sido producidas por métodos legales de pesca con caña. Durante la inspección del vehículo se localizaron, en los asientos delanteros y traseros de la furgoneta, varias prendas de vestir manchadas de barro y un fuerte olor a pescado, así como albaranes de compra de 30 sacos de hielo escama, presuntamente para poder mantener el pescado fresco. Además se pudo comprobar cómo dicha furgoneta había sido alquilada a nombre de un conocido del conductor, que ya fue investigado por la Guardia Civil en septiembre del pasado año por hechos similares. Todo ello tras intervenir más de 2700 kg de las mismas especies en una nave de San Juan de Mozarrifar. Tras preguntar al conductor del vehículo por la procedencia y destino de los ejemplares, éste comunicó a los agentes haberlos encontrado en el río Ebro y que los trasladaba hasta su domicilio, ubicado en Zaragoza, para consumo humano. Hasta el lugar de la identificación se trasladó un Inspector del Departamento de Salud del Gobierno de Aragón quien, tras verificar la mercancía, determinó que no era apta para consumo humano y que existía un peligro grave para la salud pública, por lo que se decretó su total destrucción. Tras el pesaje de los 14 siluros y 111 carpas, todos ellos de grandes dimensiones, este ascendió a 761 kilogramos. Por todo lo anterior la Guardia Civil procedió a la detención del conductor de la furgoneta, tratándose de un varón de 29 años, nacionalidad rumana, al que se le imputó un delito contra la salud pública y otro relativo a la Protección de la Flora y la Fauna. Quedó a disposición judicial en la mañana de ayer.
Incautaciones anteriores
Significar que el pasado año, entre el 24 de julio y 18 de octubre, el SEPRONA de la Guardia Civil llevó a cabo varias actuaciones enmarcadas en la denominada Operación Glanis, y que permitieron la incautación total de más de 5.000 kilogramos de siluros y carpas, cuyo destino era la introducción en la cadena alimentaria, y la detención de un total de 6 personas y otras 13 investigadas. El modus operandi detectado en todos los casos era idéntico, tener una base donde guardar las artes y medios de pesca, así como los ejemplares una vez capturados, de manera ilegal en el Río Ebro, y ya en dicho almacén, disponerlos en envases para trasladarlos en vehículos isotermos hasta Rumanía donde se introducen en la cadena alimentaria.

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