En la pequeña ciudad de Talkeetna, ubicada en Alaska, un gato llamado Stubbs se convirtió en una figura muy querida y, de manera honoraria, en alcalde de la localidad. Aunque Stubbs no tenía poderes reales de toma de decisiones, su presencia y carisma ganaron el corazón de los residentes y visitantes.
La historia comenzó en 1997 cuando Stubbs, un gato atigrado, fue adoptado por una tienda local llamada Nagley’s Store. Los dueños de la tienda lo tomaron como mascota y lo bautizaron como «Stubbs» debido a su cola corta, resultado de un accidente de joven.
Stubbs rápidamente se convirtió en una atracción para los visitantes de la ciudad, y su personalidad encantadora lo hizo famoso. Aunque oficialmente no tenía un cargo político, se le otorgó el título de «alcalde honorario» de Talkeetna, y su imagen apareció en camisetas y souvenires.
El «alcalde Stubbs» solía pasear por la ciudad, visitar restaurantes y bares, e incluso tenía su propia cuenta bancaria. Los residentes y turistas se acercaban a él para tomarse fotos y pasar tiempo con el querido gato.
La historia de Stubbs se convirtió en una inspiración y un ejemplo de la forma en que las comunidades pueden encontrar alegría y unión en cosas inesperadas. Aunque Stubbs falleció en 2017 a la edad de 20 años, su legado perdura en la ciudad de Talkeetna, donde siempre será recordado como el alcalde honorario más inusual y carismático.