Según un estudio realizado a finales del año pasado por la compañía británica Marmite, el malestar de los lunes por la mañana se traduce entre otras cosas en que, en promedio, la gente no empieza a sonreír hasta las 11:16 a.m. Además, en el trabajo el rendimiento se limita a 3-5 horas de trabajo productivo y tenemos un 50% más de posibilidades de llegar tarde al «curro» este día de la semana.