Dos tablas góticas de la Colegiata de Borja han encontrado un nuevo hogar temporal en el prestigioso Museo del Prado de Madrid como parte de la exposición ‘El espejo perdido’. El programa ‘Objetivo’ ha seguido de cerca el emocionante proceso de traslado y preparación de estas valiosas piezas de arte.
Estas tablas únicas, pintadas por los hermanos Nicolas y Martín de Zahórtiga en el siglo XV, destacan por su singularidad y su rica historia. Las obras reflejan la ascendencia judía de los artistas y muestran elementos culturales y rituales judíos en sus pinturas, como los nimbos poligonales para los personajes del Antiguo Testamento y nimbos circulares para los del Nuevo Testamento. También se aprecian detalles de vestimenta judía de la época.
Después de haber sido estudiadas y restauradas a principios de los años 2000, estas tablas han sido sometidas a un minucioso proceso de limpieza y restauración por parte del Museo del Prado para su exhibición. A pesar de algunas grietas y craquelados, su estado de conservación general se ha mantenido impresionantemente bien.
Estas valiosas obras de arte viajaron 320 kilómetros desde la plaza de Nuestra Señora de la Peana de Borja hasta los almacenes del Museo del Prado en Madrid. Allí, se sometieron a un proceso de examen radiográfico y reflectográfico infrarrojo para revelar detalles ocultos y la historia detrás de las pinturas.
La exposición ‘El espejo perdido’ en el Museo del Prado permite a los visitantes disfrutar de estas obras hasta el 14 de enero, antes de que regresen a Borja para ser admiradas nuevamente en su lugar de origen. La muestra es un ejemplo de cómo las exposiciones en el Prado no solo enriquecen a los visitantes, sino que también contribuyen a la conservación del patrimonio artístico y cultural de España. Un emocionante viaje de dos joyas del gótico aragonés que ha cautivado a entusiastas del arte en todo el país.