La Rutina: Un Ciclo de 4 o 5 Años y su Impacto en la Vida Laboral

La rutina, ese proceso constante de hacer las mismas actividades una y otra vez, es una parte integral de la vida de muchas personas. Desde levantarse a la misma hora todas las mañanas hasta realizar tareas cotidianas con un patrón establecido, la rutina está presente en nuestras vidas de manera constante. Sin embargo, ¿cómo nos afecta realmente? ¿Por qué algunas personas sentimos la necesidad de romper este ciclo cada ciertos años?

En la película Rocky, el personaje principal, interpretado por Sylvester Stallone, comparte una sabia observación: «Cuando estás demasiado tiempo en un sitio, terminas formando parte de él». Esta frase encapsula el dilema que enfrentamos cuando nos sumergimos en la rutina. Con el tiempo, nuestras acciones repetidas se convierten en hábitos arraigados, y esos hábitos influyen en nuestra percepción del mundo.

En mi caso yo diría que es cada cuatro años, pero es común escuchar a personas hablar de un ciclo de alrededor de 5 años, durante el cual sienten la necesidad de realizar cambios significativos en sus vidas. Esto podría implicar cambiar de trabajo, mudarse a una nueva ciudad o emprender aventuras que los saquen de su zona de confort. Pero, ¿por qué este ciclo?
La explicación radica en la adaptación humana. A medida que nos acostumbramos a una rutina, el cerebro se adapta y comienza a procesar la información de manera más eficiente. Esto puede llevar a una percepción más lenta del tiempo, ya que los días parecen fundirse en uno solo. En contraste, cuando realizamos actividades nuevas o cambiamos la rutina, el cerebro se activa, ya que está procesando información no familiar. Esto hace que el tiempo parezca volar, ya que cada día es una experiencia única.

La rutina en sí misma no es inherentemente buena ni mala; es una herramienta. Puede brindarnos estabilidad, permitirnos enfocarnos en metas a largo plazo y facilitar la vida cotidiana. Sin embargo, cuando caemos en la complacencia y la monotonía, la rutina puede llevar a una sensación de estancamiento y falta de crecimiento personal. Yo a eso le llamo envejecer prematuramente.
La necesidad de romper la rutina cada ciertos años puede considerarse un intento de contrarrestar esta tendencia y de sentirte joven. Es una forma de desafiar al cerebro a aprender, adaptarse y crecer nuevamente. Al cambiar nuestra rutina, nos enfrentamos a nuevas experiencias, conocemos a personas diferentes y desarrollamos habilidades que de otro modo permanecerían sin explotar.

En última instancia, el tiempo es inmutable, independientemente de cómo vivamos nuestras vidas. La rutina puede hacer que parezca que el tiempo avanza lentamente, mientras que la novedad y el aprendizaje pueden hacer que parezca que pasa volando pero siempre es el mismo. La elección de abrazar o romper la rutina depende de cada individuo y sus objetivos personales.

En resumen, la rutina es una parte inevitable de la vida, y su impacto en nosotros puede ser tanto positivo como negativo. Al comprender cómo influye en nuestra percepción del tiempo y por qué algunas personas sienten la necesidad de cambiarla periódicamente, podemos tomar decisiones informadas sobre cómo queremos vivir nuestras vidas. Como Rocky nos recuerda, mantener el equilibrio entre la comodidad de la rutina y la emoción del cambio es fundamental para evolucionar como individuos.

Los ciclos de la vida del ser humano son sabios. ¿Os imagináis si nuestros hijos tuviesen siempre la misma edad? Creo que este es un claro ejemplo que ilustra la diferencia entre la rutina y la evolución de las distintas etapas de la vida. Al igual que en la vida personal, en el mundo laboral y en las empresas, algunos optan por cambiar de departamentos, de empresa o de trabajo asumiendo nuevos retos y responsabilidades, a pesar de preguntarse muchas veces: «¿Para qué me complicaré yo tanto la vida?» Mientras que otros prefieren acumular trienios esperando la jubilación y quizás una placa de reconocimiento. Si bien respeto ambas perspectivas, personalmente, tiendo a favorecer la búsqueda constante de nuevas oportunidades y desafíos.

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