En el tranquilo pueblo japonés de Nagoro, la población está compuesta en su mayoría por espantapájaros. Ayano Tsukimi, una artista local, ha estado creando figuras de tamaño real desde hace años, y su obra ha superado en número a los habitantes reales de la aldea. La población del pueblo es de alrededor de 350 personas, pero Tsukimi ha colocado más de 350 espantapájaros en las calles, campos y casas del pueblo.
Cada uno de estos espantapájaros está hecho a mano y tiene su propia personalidad y expresión facial. Tsukimi comenzó a crearlos para reemplazar a los residentes que se habían mudado o fallecido, y su obra se ha convertido en una atracción turística. Los espantapájaros se pueden ver en situaciones cotidianas, como trabajar en los campos, descansar en los parques o simplemente pasear por las calles del pueblo.
Nagoro ha sido apodado «el pueblo de los muñecos» debido a la abundancia de estas figuras únicas. Tsukimi continúa creando nuevos espantapájaros cada año y su trabajo ha atraído a visitantes de todo Japón y de otras partes del mundo.