Reducir la Jornada Laboral: Más allá de las horas, en busca de la productividad y la jubilación flexible

El reciente anuncio de la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas es un tema que invita a la reflexión. Siempre he abogado porque la gente dé lo mejor de sí durante la jornada laboral y no se limite simplemente a cumplir con un horario, a modo de ‘calentar el asiento’. En mi opinión, unos objetivos alcanzables son lo que realmente motivan y hacen que te olvides del horario. Además, es importante poder conciliar la vida familiar o privada con la vida laboral. Para ello, uno de los mejores incentivos podría ser disponer de las tardes de los viernes libres. Es bien sabido que la productividad disminuye en esos momentos, con la mente de la gente ya en el fin de semana.

Sin embargo, esta reducción de horas podría cambiar la dinámica, permitiéndonos disfrutar de fines de semana más largos, lo que a su vez ampliaría las posibilidades de ocio, como viajar. Esto nos lleva a cuestionar si la cuestión radica en las horas trabajadas o en la capacidad de cumplir con objetivos de manera efectiva. Si llevamos el ejemplo al ámbito comercial, ¿qué preferimos, un equipo comercial que trabaje 15 horas diarias o un equipo comercial que alcance objetivos? Creo que de la misma manera, tanto en la producción como en los diferentes departamentos de la empresa, la pregunta sería igual de válida.

No obstante, un punto esencial que echo de menos en esta discusión acerca de la vida laboral, es la flexibilidad en la jubilación. Deberíamos tener el derecho de retirarnos cuando nuestra salud, voluntad y motivación lo permitan, en lugar de vernos obligados por el sistema. En resumen, esta reducción de la jornada laboral abre un debate crucial sobre cómo equilibrar la productividad y el tiempo libre, pero no aborda la edad de jubilación en nuestra sociedad, un tema que parece tabú dado lo poco que se habla de ello.

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