En un mundo que evoluciona constantemente, la observación detenida nos lleva a una reflexión profunda sobre la asistencia a eventos de todo tipo, desde entregas de premios hasta conferencias y convenciones o mesas de tertulias. Es imposible pasar por alto un hecho que salta a la vista tanto en persona como en las fotos que se comparten en prensa y redes sociales: la media de edad de los asistentes está más cerca de la jubilación que del emprendimiento. Esta disparidad nos lleva a cuestionar la razón detrás de la desafección de la juventud por estos eventos. ¿Dónde se encuentran los jóvenes?
Es cierto que la experiencia acumulada a lo largo de los años tiene un valor incalculable y aporta una perspectiva invaluable a cualquier actividad. Sin embargo, es vital cuestionarnos si, en ocasiones, esa acumulación de experiencia no se traduce en un enfoque demasiado anclado en el pasado, en una nostalgia que puede obstaculizar la visión del futuro. En un mundo en constante cambio, necesitamos urgentemente una perspectiva fresca y dinámica que solo los jóvenes pueden aportar.
Entonces, ¿cómo podemos cambiar esta dinámica? Quizás la respuesta radica en la pedagogía y en el estímulo de la participación activa de los jóvenes en este tipo de eventos. Similar a la lectura, asistir a entregas de premios, presentaciones de libros, mesas de trabajo empresariales y demás actividades debería convertirse en un hábito en la vida de la juventud. Para lograrlo, se requiere un esfuerzo conjunto: la sociedad en su conjunto debe fomentar un ambiente de apertura y diálogo, y los jóvenes deben estar dispuestos a asumir un papel activo en la construcción del futuro.
No obstante, para dar paso a esta nueva generación de pensadores y líderes, aquellos que han acumulado experiencia y sabiduría a lo largo de los años también tienen un papel esencial. A menudo, es necesario dar un paso al lado y permitir que los jóvenes lideren, innoven y traigan una visión renovada. La combinación de la sabiduría del pasado con la energía y creatividad de la juventud puede ser una fórmula poderosa para el cambio y el progreso.
En resumen, es fundamental cuestionarnos y actuar para romper con la tendencia que observamos en la asistencia a eventos. Necesitamos una colaboración intergeneracional que permita la creación de un futuro sólido y vibrante. Solo cuando los jóvenes asuman un rol activo y los más experimentados les den espacio para hacerlo, podremos encontrar un equilibrio que enriquecerá a nuestra sociedad y garantizará un futuro próspero y prometedor.
Además, en mi humilde opinión, esta brecha generacional en la participación en eventos importantes también tiene repercusiones en el ámbito político. La ausencia de los jóvenes en estos escenarios puede llevarlos, de vez en cuando, a saltar a la política desde la rebeldía y el rencor. Permítanme la jocosa comparación pero… al igual que a los profesionales autónomos, a los jóvenes, motivos para sentirse excluidos o marginados en decisiones que afectarán su propio futuro no les faltan. Esto debería servir como una llamada de atención para todos nosotros.
La política es el ámbito en el que se toman decisiones cruciales que impactarán a las generaciones venideras. Cuando los jóvenes sienten que no tienen voz ni representación en otros ámbitos de la sociedad, es natural que busquen canalizar su descontento a través de la política, a menudo impulsados por la urgencia de crear cambios significativos.
Es responsabilidad de todos reflexionar sobre esta dinámica y buscar soluciones para incluir activamente a los jóvenes en los eventos y discusiones que conforman nuestro mundo. Solo al hacerlo podemos evitar que la política se convierta en un campo de batalla marcado por la rebeldía y el rencor, y en su lugar, permitir que sea un espacio de diálogo constructivo y colaboración intergeneracional. Tenemos que hacérnoslo mirar y actuar con la visión de un futuro inclusivo y enriquecedor para todos, es probable que no empleemos la misma estrategia de marketing para promocionar un concierto específico que para anunciar un evento o una exposición particular.