Unos Mensajes por Telegram Podrían Ser Claves en un Juicio por Violación en Zaragoza

En Zaragoza, un caso judicial se centra en el intercambio de mensajes por Telegram entre una joven de 24 años y un hombre de 45. Lo que comenzó como una cita concertada a través de mensajes de texto ha llevado a un juicio por presunta violación.

La joven acordó una cita con el hombre, que afirmó ser camarero en hoteles de lujo. Después de tres días de conversación, él propuso un encuentro en su casa, donde prepararía un desayuno para ambos con la intención de conocerse mejor y, si las circunstancias lo permitían, explorar una relación más íntima.

La cita se desarrolló como se había planeado: disfrutaron del desayuno y pasaron tiempo juntos en el sofá, compartiendo besos y caricias. Finalmente, acordaron tener relaciones sexuales en el dormitorio. Ambos se desnudaron, pero el momento tomó un giro inesperado cuando la joven se dio cuenta de que el hombre no estaba usando un preservativo.

Ella expresó su deseo de no continuar sin protección, y el hombre detuvo la actividad de inmediato. Salió en busca de un preservativo a otra habitación, y al regresar, notó que la joven se había levantado y estaba saliendo de su casa.

El acusado, Alfredo A. T., explicó que no hubo más allá de esta interrupción. Según su versión, la joven se fue llorando, pero él aseguró que no había hecho nada malo. Sin embargo, la joven relató la experiencia de manera diferente. Declaró que, a pesar de expresar su negativa al acto sin protección, el hombre la sostuvo firmemente por los brazos y la forzó. Le pidió varias veces que se detuviera, pero él no atendió a sus súplicas y continuó. La joven afirmó que se puso a llorar y que, una vez finalizado, el hombre fue en busca de un preservativo. Por miedo a ser forzada nuevamente, ella accedió.

La víctima no denunció el incidente a la Policía hasta un mes después, cuando se lo confió a su psiquiatra. Aunque se determinó que la joven sufre un trastorno esquizoafectivo con características de bipolaridad, los forenses no consideraron que esto afectara su capacidad para narrar los hechos de manera coherente y ordenada en el tiempo. Además, se señaló que su reacción fue similar a la de muchas mujeres que sufren agresiones sexuales y no denuncian inmediatamente.

Después de su comunicación con la Policía, la joven volvió a ponerse en contacto con el acusado por Telegram y le escribió: «Me violaste». El hombre respondió: «Lo siento, no quise hacerlo, te lo juro», acompañando sus disculpas con emoticonos. Parte de esta conversación se aportó al caso, pero la otra parte se encontraba eliminada.

La acusación solicita una pena de diez años de cárcel para el acusado, la Fiscalía pide ocho años, mientras que la defensa busca su absolución. La cuestión central en este caso es si los mensajes de Telegram proporcionarán información crucial para el veredicto. La solicitud para recuperar la conversación completa de Telegram ha sido realizada tanto por la acusación como por la defensa, aunque la empresa aún no ha respondido. El tribunal ha decidido posponer el juicio por un mes para dar tiempo a Telegram para responder a esta solicitud.

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