Un miembro de una organización narcotraficante en Zaragoza implica a su propia familia en actividades de blanqueo de capitales. Durante el juicio, Héctor S. G., quien enfrenta cargos separados por tráfico de drogas y blanqueo de capitales, admitió haber involucrado a sus hermanos en actividades ilícitas y les pidió disculpas. Héctor había registrado tres vehículos a nombre de uno de sus hermanos y un cuñado, los cuales supuestamente fueron comprados con fondos obtenidos ilegalmente, utilizando cuentas bancarias de su hermana.
En un caso inusual, Héctor S. G. está siendo juzgado por separado por tráfico de drogas y blanqueo de capitales. Para el primer delito, ha llegado a un acuerdo con la Fiscalía y enfrenta una sentencia de seis años de prisión, considerando una atenuante por consumo de drogas. Respecto al delito de blanqueo de capitales, él y dos de sus hermanos, junto con un cuñado, comparecieron en la Audiencia Provincial de Zaragoza, donde se les acusa de adquirir activos con fondos de origen ilícito. En el juicio, se enfrentan a una posible condena de tres años de cárcel.
Héctor S. G., de 49 años, fue detenido por la Guardia Civil en diciembre de hace tres años como parte de la Operación Lacero, que desarticuló una organización criminal familiar. Se le consideraba el líder de esta organización. Durante los registros posteriores, se encontraron grandes cantidades de drogas y dinero en efectivo en su posesión y en propiedades asociadas.
Las investigaciones financieras revelaron discrepancias significativas entre los ingresos declarados y los ingresos reales de Héctor S. G., lo que llevó a un examen minucioso de sus activos, incluyendo vehículos registrados a nombre de familiares.
Durante el juicio, Héctor S. G. asumió la responsabilidad por sus acciones y expresó arrepentimiento por implicar a sus hermanos en actividades ilegales. Sus hermanos, por su parte, afirmaron no tener conocimiento de las actividades delictivas de su hermano.
La defensa de Héctor S. G. argumentó que las adquisiciones de vehículos se realizaron antes de que él estuviera involucrado en el tráfico de drogas, y se basaron en ingresos legítimos, trabajos no declarados y ahorros personales. Sin embargo, la fiscalía sostiene que el dinero utilizado para estas compras proviene de actividades delictivas.
Los abogados defensores solicitan la absolución para sus clientes, argumentando que no sabían que los fondos utilizados para comprar los vehículos tenían un origen ilícito y que fueron engañados por Héctor S. G. sobre la procedencia del dinero.