Está sentado ahí gracias a ellos: la relevancia de los concejales de pueblo

No suelo abordar temas políticos, pero siento la necesidad de expresar mi indignación ante la reciente frase despectiva utilizada ayer por el presidente del gobierno hacia el líder de la oposición: ‘…usted no habría llegado ni a concejal de pueblo’. Considero que esta expresión menosprecia injustamente tanto a los concejales como a los pueblos que representan. Puedo dar fe de ello porque, cuando aún creía en la política, salí elegido concejal durante cuatro años por el Partido Aragonés. La inmensa mayoría de esos concejales no solo no perciben ningún sueldo por su trabajo, sino que también dedican su tiempo y esfuerzo al bienestar de los demás. Y si la intención de la frase era poner de ejemplo el escalafón más bajo en política, peor me lo pone. ¿Qué pasa? ¿Que es menos un concejal que se deja la piel gratuitamente en un pueblo de 300 habitantes, al que suplican en campaña que se incorpore a sus listas y le piden que pegue carteles, convenza a sus vecinos, etc., para que usted pueda salir elegido? Dicen que todos los votos valen igual, pero yo creo que precisamente el voto de un concejal de pueblo vale mucho más que el de las grandes ciudades porque a ese concejal de pueblo, si le han votado 280 personas, le han votado a él y no a unas siglas como ocurre en las grandes ciudades.

Es alarmante que esta declaración haya pasado desapercibida para muchos. Si bien evito entrar en debates políticos, esta vez me veo en la obligación de cuestionar cómo una frase de esta naturaleza puede ser pasada por alto.

Me pregunto qué habría sucedido si el presidente hubiera empleado una expresión similar, pero referida a otro grupo social, como por ejemplo: ‘… usted no habría llegado ni a mujer’. Es evidente que tal comentario sería considerado inaceptable e intolerante. La comparación nos invita a reflexionar sobre la importancia del respeto en el lenguaje y en la sociedad en su conjunto.

Es preocupante que, a pesar de la atención que se presta al uso del lenguaje inclusivo y respetuoso, se permitan deslices como este en el discurso público. Es fundamental que todos, especialmente quienes ocupan cargos de responsabilidad, sean conscientes del poder de sus palabras y se esfuercen por promover un diálogo constructivo y respetuoso en todos los ámbitos.

Aunque claro, puede parecer ingenua esta reflexión dada la situación actual. Yo creo que en cualquier momento, ya no nos asombraría ver cómo cierran este tipo de debates con una amenaza como: ‘Te espero en la calle si tienes…’

“Nunca debemos olvidar quiénes somos y de dónde venimos. La vida da muchas vueltas y siempre podemos regresar al mismo lugar” El Rey León

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