Un estudio reciente en el campo de la etología, la disciplina que estudia el comportamiento animal, ha arrojado luz sobre las notables similitudes entre humanos y animales en términos de inteligencia, empatía y sentido de la justicia.
El renombrado científico Eudald Carbonell, conocido por su trabajo en la evolución humana en los yacimientos de Atapuerca, destaca que los humanos no son la especie superior que alguna vez se pensó, sino que comparten muchas características importantes con otras especies animales.
Desde la época de Charles Darwin, se ha reconocido que los humanos y los animales comparten comportamientos que anteriormente se consideraban exclusivamente humanos. La empatía, la solidaridad y la autoconsciencia, una vez consideradas exclusivas de los humanos, ahora se han observado en varias especies animales, incluidos los primates como los chimpancés y los gorilas.
Estudios han demostrado que algunos primates practican la empatía de manera cotidiana, mostrando un comportamiento solidario y una inclinación hacia la justicia en situaciones de conflicto. Incluso se ha observado autoconsciencia en animales como elefantes y delfines, que pueden reconocerse a sí mismos en un espejo, un indicador clave de la autoconsciencia.
Este descubrimiento desafía las concepciones tradicionales de la superioridad humana y subraya la interconexión entre todas las formas de vida en la Tierra. Joan Manuel Serrat lo expresó magistralmente en su canción «Te guste o no», destacando las similitudes fundamentales que compartimos como seres vivos bajo el mismo cielo y adoradores del sol.
En resumen, este estudio nos recuerda que tanto los humanos como los animales comparten una fragilidad común y un miedo universal a la muerte, lo que nos une en nuestra experiencia compartida de la vida en este planeta.