El Papa Francisco ha decidido revisar el ritual fúnebre pontificio para que los papas sean velados y sepultados de acuerdo con las prácticas habituales de la Iglesia. Su intención es eliminar el rito de exposición fuera del ataúd de los pontífices, permitiendo que sean velados y sepultados «como cualquier hijo de la Iglesia».En una entrevista, el Papa expresó su deseo de simplificar el proceso funerario, considerando que el ritual actual estaba demasiado recargado. Propuso que se realice un único velatorio, con el papa ya dentro del ataúd, similar a lo que se practica en todas las familias.Además, Francisco reveló su deseo de ser enterrado en la Basílica papal de Santa María la Mayor, donde reposan las tumbas de otros dos Papas, Clemente VIII y Pablo V. También mencionó que no se llevará a cabo el ritual de cierre del ataúd.El Pontífice compartió su experiencia con respecto al fallecimiento de Benedicto XVI, destacando ciertas situaciones que consideró carentes de nobleza y humanidad, como la publicación de un libro que criticaba su gestión justo el día del funeral del Papa emérito.También discutió sobre ciertas presiones que enfrentó Benedicto XVI durante sus últimos años, mencionando que algunas personas cercanas a él limitaban sus movimientos y aprovechaban cualquier oportunidad para criticarlo.Francisco abordó temas controvertidos, como la bendición a parejas homosexuales, expresando su preocupación por el rechazo de algunos obispos a esta apertura. Además, mencionó su compromiso con la tolerancia cero hacia los abusos sexuales dentro de la Iglesia.En resumen, el Papa Francisco busca reformar el ritual fúnebre pontificio para reflejar la simplicidad y la igualdad ante la muerte, al tiempo que comparte sus reflexiones sobre diversos aspectos de la vida eclesiástica y las controversias que ha enfrentado.