José Antonio Ardanza, el lehendakari más longevo de la democracia y el dirigente que salvó la hegemonía del PNV tras la traumática ruptura con EA y con Carlos Garaikoetxea en 1986, ha fallecido a los 82 años de edad. Nacido en Elorrio, Vizcaya, en 1941, Ardanza ejerció también como guipuzcoano.
Licenciado en derecho, Ardanza trabajó como letrado para las cooperativas de Mondragon (MCC). Fue el primer alcalde de Arrasate-Mondragon en democracia, de 1979 a 1983, y diputado general de Gipuzkoa en 1983. Accedió al cargo de lehendakari en marzo de 1985 tras la dimisión de Garaikoetxea y salvó ‘in extremis’ la presidencia vasca en las autonómicas de 1986. Siguió en el cargo hasta que fue relevado por Juan José Ibarretxe en 1999 después de ganar las autonómicas de 1990 y 1994.
Durante su mandato, se dieron importantes avances en el autogobierno. Bajo su liderazgo, la Ertzaintza asumió la mayoría de sus competencias actuales. Firmó un acuerdo en los 90 en el que Felipe González se comprometía al desarrollo íntegro del Estatuto de Gernika, truncado por la llegada al gobierno español de José María Aznar en 1996.
Una vez retirado de la política, Ardanza presidió la compañía de telecomunicaciones Euskaltel hasta 2011. Su fallecimiento ha sido lamentado por los principales partidos políticos vascos, entre ellos, el PNV, que ha mostrado su «gran dolor» y «tristeza» por la pérdida de «un gran abertzale que vivió el exilio y la clandestinidad».
El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, se ha manifestado «conmocionado» por la muerte de Ardanza, describiéndolo como «una personalidad institucional clave en el país» y «un gran abertzale que vivió el exilio y la clandestinidad».