La Diputación de Zaragoza (DPZ) y el Ayuntamiento de Zaragoza han protagonizado un nuevo desacuerdo en relación con la construcción de la nueva Romareda. La DPZ ha acusado al Ayuntamiento de establecer una fecha límite para llegar a acuerdos que no se ajusta a un cronograma oficial. El presidente de la DPZ, Juan Antonio Sánchez Quero, ha señalado que «el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza no han dicho la verdad cuando anunciaron que la propuesta del nuevo campo tenía que estar cerrada para finales de octubre».
Sánchez Quero ha expresado su preocupación de que este ultimátum haya sido una forma de presionar a la Diputación, pero ha asegurado que no se dejarán llevar por la prisa y la precipitación. Ha recordado el fracaso de proyectos anteriores debido a la falta de planificación.
El presidente de Aragón, Jorge Azcón, y la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, habían fijado una fecha límite de apenas dos semanas para llegar a un acuerdo entre las tres instituciones, lo cual la DPZ ha considerado inviable. Sánchez Quero ha subrayado la necesidad de que el proyecto sea serio, viable y transparente, y que se proporcione información detallada sobre cómo se planea construir el nuevo campo.
El Ayuntamiento ha respondido recordando que el 10 de octubre, tanto el presidente de Aragón como la alcaldesa de Zaragoza se reunieron con representantes de la Real Federación Española de Fútbol y acordaron que el modelo jurídico y económico del nuevo campo debe definirse antes de noviembre. La alcaldesa, Natalia Chueca, ha expresado su disposición a reunirse con la DPZ para aclarar cualquier aspecto de la propuesta y buscar acuerdos. Además, se ha comprometido a convocar una reunión de la Junta de Portavoces la próxima semana para informar a los grupos municipales sobre los avances relacionados con el nuevo estadio de fútbol.