Historia de Chocolates Hueso: El Sabor de una Tradición

Chocolates Hueso, una de las marcas de chocolates más apreciadas y respetadas en España, ha dejado su huella en el mundo de la chocolatería durante más de un siglo. Fundada en 1902, esta empresa familiar ha prosperado a lo largo de las generaciones y se ha convertido en un verdadero emblema de calidad y tradición en el mundo del chocolate.

Los Primeros Pasos

La historia de Chocolates Hueso comenzó en 1902 en la ciudad de Zaragoza, España, cuando Don Julián Hueso Garés, un visionario emprendedor, decidió abrir una modesta tienda de chocolatería. Don Julián tenía una visión clara: crear chocolates de la más alta calidad, utilizando recetas tradicionales que se transmitirían de generación en generación.

En los primeros años, la tienda era un lugar pequeño pero acogedor, donde los clientes locales podían disfrutar de deliciosos chocolates hechos a mano. La dedicación de Don Julián a la calidad y la autenticidad estableció las bases para el éxito continuo de la empresa.

Innovación y Crecimiento

Con el tiempo, Chocolates Hueso comenzó a expandir su gama de productos, ofreciendo una variedad de chocolates, bombones y otros dulces que rápidamente se hicieron populares en la región de Aragón y más allá. La empresa mantuvo un equilibrio entre la tradición y la innovación, incorporando nuevas técnicas de fabricación sin comprometer la calidad artesanal.

En la década de 1950, Chocolates Hueso dio un paso importante al comenzar a exportar sus productos a otros países europeos. Esto marcó el inicio de su reconocimiento a nivel internacional. La combinación de sabores auténticos y el compromiso con los más altos estándares de calidad hicieron que los chocolates de Hueso fueran muy apreciados en todo el mundo.

La empresa llega a ser proveedora de la Casa Real en 1900.

En 1955 la empresa dejó de pertenecer a la familia Hueso al ser vendida a Francisco Unzurrunzaga Loinaz.

Tras crearse el producto Huesitos en 1976, llegó a anunciarse con un personaje de un niño de una tribu africana. Su cabello lo sujetaba un hueso y su indumentaria era un pantaloncito de piel de leopardo. El producto era “Ambrosias-Praline de chocolate” y el simpático niño decía “¡eso…eso…chocolates hueso!”.

En las temporadas 1983-1984-1985 llegó a patrocinar al equipo ciclista Hueso que corrió en la Vuelta a España 1983, Vuelta a España 1984 y Vuelta a España 1985 con Jesús Suárez Cueva como jefe de filas. Entre otros ciclistas, también participaron Alberto Leanizbarrutia, Ángel de las Heras, Jon Koldo Urien, José Ángel Urien y Juan Tomás Martínez.

En 1989 la empresa fue absorbida por la multinacional británica Cadbury-Schweppes, quién compró el 100% del accionariado,1​ pasando a denominarse Cadbury Dulciora S.L. y traspasando la producción de caramelos Respiral a la planta de Valladolid. A su vez, en 2010 la multinacional estadounidense Kraft Foods compra a la británica.

Mondelēz International, propietaria de Kraft Foods, propuso en abril de 2013 cerrar la fábrica de Ateca, y trasladar la fabricación del producto a Polonia, al igual que había hecho con Somerdale Factory. Tras una campaña de apoyo social e institucional en Facebook, Mondelēz opta por dar marcha atrás. El 15 de julio de 2013 la empresa Mondeléz anuncia que vende la factoría de Ateca, junto con las marcas «Huesitos» y «Tokke», a la empresa española Chocolates Valor, que asume la producción de las famosas barritas de chocolate en la fábrica de Ateca a partir del verano de 2013.

 

Un Legado de Calidad

Hoy en día, Chocolates Hueso sigue siendo una de las marcas de chocolate más queridas en España. Sus productos se venden en tiendas de todo el país.

El legado de Chocolates Hueso es un testimonio del poder de la tradición, la calidad y la dedicación a la excelencia. Cada vez que disfrutas de un chocolate de Chocolates Hueso, estás saboreando una parte de la historia de esta emblemática empresa familiar que ha perdurado a lo largo de los años.

En resumen, Chocolates Hueso es mucho más que una marca de chocolate; es un símbolo de la pasión, la calidad y la tradición que ha perdurado durante generaciones, y que continúa deleitando a las personas con sus exquisitos sabores.

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