En su discurso, Trump, rodeado de agentes de las fuerzas del orden, mencionó casos criminales que involucraban a sospechosos que se encontraban en el país ilegalmente, usando términos gráficos y advirtiendo sobre el potencial caos y violencia si no ganaba las elecciones.
Al referirse al caso de Laken Riley, una estudiante de enfermería de 22 años presuntamente asesinada por un inmigrante venezolano en situación irregular, Trump usó términos deshumanizadores para describir a algunos inmigrantes.
«Los demócratas dicen: ‘Por favor, no les llamen animales, son humanos’. Yo dije: ‘No, no son humanos, no son humanos, son animales'», expresó Trump durante su discurso.
Esta retórica agresiva de Trump respecto a la inmigración ilegal es una constante en sus discursos. A menudo afirma que los inmigrantes que cruzan ilegalmente la frontera desde México son criminales y contribuyen a la criminalidad en Estados Unidos. Sin embargo, los datos disponibles no respaldan esta afirmación, ya que los investigadores indican que las personas que viven ilegalmente en Estados Unidos no cometen delitos violentos en una proporción mayor que los ciudadanos nacidos en el país.
Joe Biden, candidato demócrata, ha culpado a Trump de promover una retórica extremista que fomenta la división, el odio y la violencia en el país. Este tipo de discursos de Trump se dan en un contexto electoral crucial, ya que Michigan y Wisconsin son estados indecisos que podrían definir el resultado de las elecciones presidenciales. La inmigración se ha convertido en un tema importante para los republicanos, con un porcentaje significativo que la cita como el principal problema del país.